domingo, 7 de agosto de 2011

El puente de las cuatro columnas

A lo largo de 79 años, el viejo Puente Pueyrredon mantuvo su actual fisonomía y en el año 2009 recibió su última restauración.
Antes de erigirse como lo conocemos, y después de muchísimos proyectos que se remontan a más de 200 años atrás, el viejo puente tuvo una estructura muy particular.
En el año 1899 se comenzó a construir un puente compuesto por cuatro columnas y una sección levadiza en el centro. El ingeniero encargado de llevar a cabo el proyecto se llamaba Molina Civit. Este señor aconsejó que se aplicara la fuerza eléctrica para elevar el tramo central.
Finalmente, la inauguración se hizo esperar hasta el 31 de enero de 1903, cuando fue librado al público. Sin embargo, hubo que esperar hasta el 8 de agosto de 1904 para ver funcionar el sistema de elevación del tramo central.
La crónica del diario La Nación del día 5 de febrero del año 1903 expresaba lo siguiente: “En el mes de octubre de 1899 díose principio a la construcción del gran puente metálico tendido sobre el Riachuelo, que se ha entregado al servicio público en la semana pasada en substitución del antiguo, reconocidamente insuficiente para las necesidades del trafico y molesto, por el impedimento que ofrecía a la marina de cabotaje en la navegación del concurrido canal.”
Corta vida tuvo nuestro puente de “cuatro columnas”, ya que en el año 1931 se inauguró el que vemos restaurado actualmente. Un hecho curioso se dio en 1970, cuando no sólo quedó inactivo, sino que tres años más tarde, se procedió al remate de sus componentes. Pero, el trabajo de una comisión vecinal constituida por vecinos de Avellaneda y Barracas, interrumpió el proceso y de este modo, lograron salvar el puente. Así, 40 meses después de su clausura, se habilitó nuevamente.
Mientras vemos el viejo puente de punta en blanco, esperamos con ansiedad que el Riachuelo reciba un tratamiento similar. Que finalmente, el cruce del puente histórico, lo podamos hacer con los pulmones erguidos y llenos de aire puro…

Las fotos que siguen a continuación, muestran el devenir de la construcción y el producto terminado. Agradecemos al Archivo del Diario La Nación por cedernos parte del material.


Diego Gonzalez
Archivo Histórico de Barracas

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